1) Ganímedes, el Príncipe del Sistema Solar.
Ganímedes es el más grande de los satélites del Sistema Solar (aunque su
radio es tan sólo 50Km más grande que su rival saturniano Titán), y como es
debido, gira alrededor del más grande de los planetas, Júpiter. Con un diámetro
de 5262Km, es más del doble de grande que el planeta enano Plutón (2306Km),
pero incluso llega a ser de un tamaño mayor que Mercurio (4878Km), y es solamente
un 22% más pequeño que Marte (6794Km).
Ganímedes es parte de los cuatros satélites Mediceos, observado por primera
vez por Galileo Galilei la noche del 7 de enero 1610 (es el tercero más lejano
a Júpiter) con su primer refractor que acababa de construir. El nombre
“Mediceo” fue dado por Galileo en honor de su alumno y protector el gran duque
de Toscana Cosme de Médicis, y de sus tres hermanos.
Según los archivos astronómicos Chinos, se supone que el Astrónomo Chino
Gan De había observado a ojo desnudo el satélite en el año 365 antes de Cristo
(2000 años antes de Galileo), ayudándose con la rama de un árbol para tapar el
brillo de Júpiter, y seguramente beneficiando de condiciones óptimas de elongación
del planeta y atmosférica (la magnitud de Ganímedes es de 4,5, a priori visible
sin telescopio puesto que es ocultado por el halo de su planeta).
Los nombres actuales de los cuatro principales satélites de Júpiter que son
también los de cuatro amantes del dios Júpiter, fueron dados por el astrónomo alemán
Simon Marius en 1614.
Ganímedes, amor homosexual de Zeus (y que por lo visto Ío, Europa y Calisto
eran de sexo femenino), fue un príncipe troyano de gran belleza, hijo de Tros,
fundador de Troya. Un día que paseaba por el monte Ida, en Frigia (actual Turquía),
Ío vio a Zeus y se enamoro de él al instante. Se Transformó en Aquila y lo
llevó al monte Olimpo. Allí se convirtió en el copero de los dioses. Sobre
aquel rapto se puede admirar una pintura de Rubens en el museo del Prado.
Ganímedes orbita a 1 millón de kilómetros de Júpiter,
en una curiosa resonancia con Ío y Europa. Mientras Ganímedes da una vuelta
alrededor de Júpiter, Europa da 2 vueltas e Ío cuatro. Esa resonancia 4:2:1 entre
3 cuerpos, llamada resonancia de Laplace, es única en nuestro Sistema Solar. Existen
resonancias con 2 cuerpos (por ejemplo las resonancias 3:2 Neptuno-Plutón, o
bien Neptuno-Orcus alrededor del Sol, o la resonancia 2:1 Encelado-Dione
alrededor de Saturno), pero es la única implicando 3 cuerpos. Hay 2 hipótesis:
puede estar en resonancia desde el principio de la formación de los 3 satélites,
o también cabe la posibilidad que se haya creado poco a poco, por el efecto de
“golpes gravitacionales” de resonancia, situando cada satélite en su órbita
actual. Por eso nunca los 2 satélites están alineados del mismo lado a Júpiter.
La estructura interna de Ganímedes es muy bien diferenciada (al contrario
de su hermana Calisto). Se puede dividir su composición en 3 capas: la primera,
el núcleo, esta compuesto principalmente de hierro. Este núcleo (entre 700 y
900km de radio) genera un notable campo magnético para ser el de un satélite, aunque
está sumergido en la gigantesca magnetosfera de Júpiter, después viene una capa
de roca (principalmente silicatos), y finalmente una enorme capa de hielo de
posiblemente 800km de profundidad (o sea el tercio del radio del satélite). Es
muy probable de que no toda esa agua esté helada y que a 200Km de profundidad se
encuentre un enorme océano de agua salada (y líquida).
La superficie de Ganímedes tiene dos tipos de terreno, una parte oscura repleta
de cráteres (de unas edades que varían entre 3 a 3,5 millones de años, parecidas
a la mayoría de los cráteres lunares), y otra más clara y un poco más joven con
señales de actividad tectónica (aunque no hay evidencia de actividad reciente),
llena de ranuras. Ganímedes sería también el único satélite poseedor de placas tectónicas
al igual que la Tierra.
En la imagen arriba se puede apreciar la
diferencia entre los dos tipos de terreno (Nicholson Regio más oscura y con cráteres
a la izquierda, y Harapgia Sulcus a la derecha, rayada por impresionantes
ranuras).
La atmósfera de Ganímedes es muy tenue, y se
estima que tiene una presión a la superficie inferior a 10 picobares (100 mil millón
de veces menos que en nuestro planeta). Sin embargo, el telescopio hubble
detecto presencia de oxígeno en la atmósfera (una presencia muy fugaz, nada que
ver con nuestro planeta), seguramente proveniente de la radiación del hielo.
Este satélite fue visitado por primera vez por la
sonda Voyager 2 en 1979, y luego dos veces por la sonda Galileo, en 1995 y
2003. En 2020, la Agencia Espacial Europea tiene intención de lanzar una sonda
para explorar Ganímedes. Esperemos que esta misión pueda destapar algunos de
los misterios que aun esconde este intrigante satélite.
Jean Assan
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