domingo, 4 de agosto de 2013

Sobre los Amigos y las Estrellas

Después del largo invierno…después de una primavera con viernes y sábados nublados, de salidas tipo “salgo un ratito rápido, más que nada para quitarme el mono y vuelvo pronto que mañana trabajo”…etcétera. Por fin llegó el caluroso mes de julio, el mes de los cuarenta y pico grados en la ciudad de día y los diecitantos grados en los Llanos de Palomares in the night (temperatura óptima). Y además… Luna Nueva!! Estaba claro que no nos íbamos a quedar de brazos cruzados. Por fin se oye la cuenta atrás para que arranquen las I Jornadas “Amigos de las Estrellas”.
“AMIGOS” y “ESTRELLAS” son dos grandiosas palabras, muy poderosas. Y en este caso, dos palabras clave. Y es que ese era el objetivo primero y último para la Luna Nueva de Julio: Disfrutar de los amigos con las estrellas... o de las estrellas con los amigos…o los amigos y las estrellas… (llamadlo como queráis).
Es obvio que en la “resaca” de un evento así, uno se queda con el recuerdo de tantas “ESTRELLAS”.. pero sobre todo de tantos “AMIGOS”. Y hoy quiero hablar de mis “AMIGOS”.
Ya la misma llegada al Restaurante “el Oasis” fue un augurio de lo que nos esperaba. Fue difícil aparcar, pero empezaban a llegar los protagonistas… y cada uno traía algún ingrediente:
Óscar trajo la simpatía y la ilusión, y siempre grandiosas fotos planetarias.
Moisés con sus preguntas trascendentales que fueron el plato fuerte de una grandiosa comida (¡Las máquinas no podrán con nosotros!)
Jose con su paciencia y conocimiento, y su magnífica presentación de su “Cuaderno de observación” desarrollado por él mismo con todo su cariño. (¡GRACIAS!)
Jean y Ruth y su alma “cazacometas”, esperamos que os vaya bien en vuestra próxima aventura japonesa.
Antonio Mesa se encargo de poner uno de los retos de la noche: NEPTUNO (por cierto: PRUEBA SUPERADA… que duda cabe! jeje)
Jesus de la Poza y su mujer trajeron sus ganas de aprender y seguir dando pasitos en este fantástico “mundillo”. ¡MUCHO ÁNIMO!
Lorenzo se llevó uno de sus tesoros. El único cazador de radiometeoros de España nos estuvo enseñando las ventajas de la astronomía diurna y lo que se puede conseguir con un “aparataje sencillito”. (Creo que hablo por todos si digo que nos quedamos asombrados).
Ramón Palomeque, el “mago de las estrellas”, también puso un toque de magia para que el día fuera inolvidable.
Ángel y Ana aderezaron todo con el valor de la familia. Y es que hasta los más peques pudieron disfrutar del día.
Almudena vino sonriente y muy atenta; Y es que cuando conoces de primera mano a Jose y Lorenzo...ya sabes lo que te espera.
Javi Palomino trajo las ganas de escuchar y aprender…y entró de lleno en el famoso debate “Máquinas vs. Personas” (hay que repetirlo, eh Javi? Jeje)
Javi Reina llegó para aprender de los maestros Lorenzo y Jose…y llegó con la humildad del que parece que no sabe y en realidad sabe mucho.
Antonio con su sonrisa y alegría, y sus abrazos. La calidad de los cielos no sólo depende de la contaminación lumínica...también depende de tu presencia! Siempre pendiente de que además de pasar un buen rato, nunca te vayas sin saber algo más.
Jesús Soler, flamante diseñador del cartel del evento, vino como siempre, GRANDE, cargado de “disfrutina” en vena. Siempre atento y siempre aportando para que todos pasáramos un buen rato... Y además también traía bajo la manga preparados los “destellos de la noche”. Y es que por algo lo llaman “Mr. Iridium”. (jajaja).
Y por último, un servidor, el que escribe, que llegó al lugar con algunos “tuppers” vacíos con la intención de llevarse a casa un poquito de lo que traía cada uno.
Tal combinación de ingredientes sólo puede generar un producto de alta calidad, satisfacción y muy buen sabor. La comida se hizo corta con mil conversaciones (a veces a la vez) sobre máquinas y humanos, sobre sensores, tecnología, física, el infinito, las “batallitas”, las últimas sálidas (y las próximas), filtros y otros cacharrines,...
Y luego la merienda con los dos platos fuertes: De primero...una ración de radiometeoros servida de la mano de Lorenzo, que hizo una presentación muy preparada sobre la detección de esas pequeñísimas partículas que entran a la atmósfera y cómo se pueden extraer información de ello. De segundo...Jose puso sobre la mesa el “cuaderno de observación” desarrollado por él, una herramienta sencilla, pero muy práctica. Con el mismo cariño que demostró diseñándolo, lo puso a disposición de todos los comensales, para su uso y disfrute.


Luego se hizo la noche y el Llano de Palomares fue invadido por una manada de coches, y de cada uno salió un flamante telescopio, y las estrellas brillaron. Incluso llegó gente nueva como Benjamin y Álvaro con sus bromas y la alegría que los carateriza, o Javier y Sara junto con algunos amigos más que nos deleitaron con unas fotografías impresionantes. Unos buscaban cometas, otros el Quinteto de Stephan, otros buscaban Neptuno, y otros buscaban la Crescent Nebula o la Moneda de Plata. A veces, un telescopio no tenía a nadie...y en el siguiente había 5 personas. Otras veces la gente se concentraba y contaba hacia atrás para ver brillar un satélite Iridium...
Y así, poco a poco, las horas pasaron, el cielo giró y uno tras otro nos fuimos retirando pensando en cómo, cuándo y dónde será la próxima.
Ese día, en el menú del Oasis no hubo perdices, pero estoy seguro de que todos fuimos felices.
Hasta la próxima … Amigos. Hasta la próxima...Estrellas.
Miguel Ángel Matín

Antonio Cabrera.