La ilusión era muy grande tanto
para ellos como para nosotros, las ganas de traerles la Luna se había
convertido en un reto, fíjate, tan sencillo algunas veces para nosotros que en
esta ocasión nos parecía un sueño, un anhelo, una fantasía. Esta vez haríamos
nuestro viaje por las estrellas llevando a bordo de nuestras “naves” a un
colectivo muy especial, los niños de Oncología del Hospital Infantil de Jaén.
El día comenzó bien, entrevistas
por parte de los medios a nuestro mago Ramón Palomeque y, los mensajes de
felicitaciones no se hacía esperar entre nosotros, el tiempo parecía que
acompañara en un primer momento y casi que no quisimos darnos cuenta de la
realidad de las previsiones meteorológicas, es más, alguien de los medios en un
momento quiso advertir del peligro que podría presentar esas nubes tan feas que
parecía amenazar nuestra actividad, tan absorto estaba yo que ni tan siquiera
presté la atención pertinente y dije: son nubes de evolución diurna y en cuanto
llegue la noche se disiparán.
|
Esperando |
Al Llano de Palomares fuimos
llegando a una hora temprana, antes de las 20:00 h ya había telescopios apuntando
al infinito, las nubes seguían su curso evolutivo solo que esta vez parecían
haberse detenido allí mismo, sobre nuestras cabezas, incluso Lucas, (el guarda
de la finca que avisamos de nuestros movimientos por precaución, tuvo la
amabilidad y generosidad de acompañarnos y que agradecemos enormemente, nos
sentíamos protegidos con su presencia y eso nos hacia estar tranquilos),
comenta que no es normal el estado de las nubes, cuando de repente y mientras
empiezan a llevar los primeros vehículos de la asociación “Pídeme la Luna”
comienza a llover.
|
Los puntos brillantes son gotas de lluvia iluminados por el flash |
No queríamos dar crédito a lo que
nos estaba pasando, no puede ser que toda nuestra ilusión se nos derrumbe drásticamente,
caras de desolación y equipos que no llegaron a ponerse en estación, que no
salieron de los maleteros y los que había dispuestos quedaron tapados por
chaquetones y mantas.
Pronto paró de llover, estos
incombustibles chavales con sus familiares empezaron a salir de los coches y
curiosear por los alrededores de los telescopios, pronto nuestro mago se abrió
en un círculo y continuó el programa previsto, hablábamos de Astronomía a cal y
canto, sentíamos el calor de ser escuchados atentamente con caras de asombro y
respondíamos a las preguntas y curiosidades de nuestro personal más diminuto.
|
Nuestro mago y las estrellas |
Cuando ya había anochecido las
nubes seguían persistentes, entre claro y claro parecía poderse distinguir
alguna estrella, sí esa es Capella, allí está Júpiter, aquel es Marte y esa
claridad es de la Luna. Así aguantamos y mantuvimos la esperanza, sabíamos a
ciencia cierta que despejaría, pero no todos tuvieron la capacidad de aguante y
algunos niños presentaban signos evidentes de cansancio y sin remedio tuvieron
que marchar.
Los que se quedaron no olvidaran
durante mucho tiempo el espectáculo que nos ofreció esa noche nuestro paisaje
nocturno. Cuando el cielo empezó abrirse los compañeros no tardaron en
apresurarse y montar los equipos de nuevo, el disfrute y el deleite por todos
los que estábamos allí fue exorbitante.
- El Gran Dios Júpiter con sus bandas
de nubes ecuatoriales y las lunas que observó Galileo.
- El rojo Marte Dios de la guerra
al que también pudimos verle el blanquecino casquete polar.
- La Luna, ¡ay la Luna! Cómo se
quedaron con la Luna, qué espectáculo más impresionante. Fueron tantos los
piropos y tantas expresiones que es difícil hacer un testimonio, eso hay que
vivirlo.
- Estrellas dobles como Mizar y
Alcor, o la favorita del verano Albireo con su gran colorido.
- Cúmulos Globulares como M-13 o
la muerte de una estrella en la Lira, el famoso Anillo.
- También alguna galaxia aunque
no fuese tan espectacular como en otras ocasiones, el brillo de la Luna rompía
con el contraste del fondo del cielo y los objetos de profundidad dificultaba
su observación.
- Por fin el único resto de nubes
que quedaba en el Sureste (esto fue a propósito seguro) se disipó y allí estaba
el majestuoso Señor de los Anillo, Saturno, con su banda ecuatorial, su división
de Cassini y su perfilado recorte, algunas de sus lunas fueron también
distinguidas por todos los observadores.
|
Toma realizada con "Pideme la Luna" |
Los “Amigos de la Astronomía Jaén”
quieren agradecer a la Asociación “Pídeme la Luna” todo el esfuerzo prestado para
que esta velada Astronómica haya sido un éxito y por hacernos disfrutar una vez
más de nuestra gran afición que es la Astronomía.
También queremos agradecer el
apoyo y la alegría que nos prestaron desde El Hogar de Santa Clara con la
participación de algunos de sus miembros.
Y dar las gracias igualmente a
pesar de ser uno de los nuestros, a Jesús Soler del grupo de observación “Vía Láctea”
de Granada, que quiso compartir con nosotros tan inolvidables momentos.
Saludos y hasta la próxima.
Antonio Cabrera